domingo, 26 de noviembre de 2017

Nuestra Señora de la Buena Guía

Nuestra Señora de la Buena Guía

«Ya desde antiguo, en Valencia hubo una calle llamada del Común de Pescadores, más tarde de Jurados, en cuyo barrio los pescadores erigieron la iglesia de Nuestra Señora de la Bona Vía o Buena Guía que aún constaba en el censo vecinal de la parroquia de San Andrés del año 1727.


Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar


Pascual Madoz

El rey D. Jaime donó el barrio, llamado desde entonces de Pescadores, y terrenos en la playa a los 500 marineros que le sirvieron durante el sitio y la conquista de la ciudad. Establecidos de este modo, crearon un jurado y erigieron esta capilla cerca del Parterre que, renovada en 1743, estuvo agregada a la parroquia de S. Andrés. Esta capilla fue demolida sobre el año 1875 para urbanizar la zona. Además existió desde el siglo XIII una imagen de esta Virgen sobre la Porta de la Mar de la muralla cristiana.


La imagen de Nuestra Señora de la Buena Guía, venerada en Valencia desde el siglo XVII como protectora de los pescadores, y cuya casa gremial estuvo detrás del actual edificio de Correos, se conserva actualmente en la parroquia que se encuentra bajo su advocación frente a la playa en un antiguo chalet modernista.


Años 80


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1994


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La talla actual de la patrona, realizada en el año 1960 en sustitución de la anterior que fue destruida en 1936, es de madera policromada, mide casi dos metros de altura y representa a la Virgen en posición orante con el niño Jesús en brazos.



Tradicionalmente, la Virgen de la Buena Guía es trasladada el día de su festividad hasta la playa por varios pescadores que la portan a hombros desde la parroquia. A continuación, la imagen es introducida en el mar en una barca. 


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Durante el recorrido, los pescadores acompañan a su patrona en varias embarcaciones y le dedican oraciones y cantos desde ellas. Tras volver a tierra, la Virgen de la Buena Guía regresa de nuevo acompañada por los pescadores».

Salvador Raga

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1. Cada primer domingo de Adviento la parroquia celebra la festividad de la Virgen de la Buena Guía; Virgen a la que los marineros imploran protección cuando faenan en alta mar. Es un festejo sencillo con celebración Eucarística y procesión, actualmente, por el paseo Marítimo. Hasta hace unos pocos años la imagen se situaba sobre una barca y el acto se convertía en romería marinera; acto que se ha desechado por el mal estado de la embarcación.

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La Parroquia en la actualidad

En la zona costera de Valencia, en una casa -calle de Eugenia Viñes, 245- de las típicas de este distrito marítimo, que merecieron especial mención bajo el calificativo de popular-modernistas, se ubica esta parroquia, establecida hacia los años 60 del siglo, en los bajos de un inmueble, que por fuera mantiene las características del lenguaje arquitectónico y decorativo de tal conjunto de casas: planta baja y un piso, con persianas y balcones, y una tonalidad verdosa que es la de las más de ellas. 


2012

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El interior está constituido por una relativamente ancha, nave que ocupa todo el solar del inmueble y un presbiterio, sobre unos pocos escalones, cubierto por bóveda esquifada o de paños, que dejan enmedio un lucernario amplio, de vidrios coloreados; y se cierra, por los tres lados, -el otro, con los peldaños que bajan a la nave- así: al fondo, o testero, con ladrillo horizontal rayado visto; a la derecha, con un paramento de bloques de piedra pequeños, tipo adoquín, de superficie tosca, y en diversos tonos, entre blancos y terrosos; estando el tercer paramento, el de la izquierda, "del Evangelio", enlucido de blanco. Al fondo, a la izquierda, la importante imagen en talla directa, de tamaño del natural, en madera, obra maestra del profesor y académico Enrique Giner Canet, de la titular Nuestra Señora de la Buena Guía, velada sobre la cabeza y con Niño, todo con el color de la madera, oscuro, a la vista y algunos toques en las carnaciones y otros detalles. Está sobre la proa de una barca, en cuya matrícula figura el nombre de la advocación titular.


Cortesía de Tono Giménez


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Al otro lado, derecha, una buena talla del Crucificado, un poco del tipo del Cristo del Salvador de Valencia, por la inclinación de su cabeza, con aire de escultura popular, barroca, de talla amplia y decidida; con policromía asimismo; nada académico, tendente a tonos fuertes y grises, oscurecidos. Sagrario empotrado. 



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Y en la nave, a la derecha, sobre el muro, en ménsula, imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, donativo de una feligresa, en los años 70. Hay un cuadro de Peiró Ferrandis, firmado y fechado en 1974, que representa a Cristo crucificado. 

Ayuntamiento de Valencia 

Don Vicente

«La historia de las personas, las cosas y hasta los olores de los veranos, que son lejano recuerdo, persisten; y no he podido evitar en uno de esos paseos al anochecer por la orilla de la Malvarrosa, al ver la blanca fachada de la parroquia de la Buena Guía, evocar la figura de don Vicente Castelló; aquel párroco que era la perfecta estampa de un campesino vestido con sotana, que ya estaba parda por tantos soles.

Tuvo la osadía de levantar la pequeña iglesia con deudas y crear una guardería -sin subvención alguna- para cincuenta niños del barrio, menores de cinco años. Convirtió el confesionario en almacén de medicamentos que le proporcionaban laboratorios; iba al mercado a comprar la comida, celebraba tómbolas para recoger unas pesetas y como le llamaban cuando alguien iba a deshacerse de muebles, él los repartía entre los chabolistas. "A mi no me importa que vengan a misa o no; lo que quiero es que no pasen hambre, que tengan trabajo."


Don Vicente

Luis Vidal

Era amigo de todo el vecindario, sin excluir a la echadora de cartas, la popular doña Amparo, que adivinaba el porvenir y aconsejaba cómo recuperar al marido infiel. Doña Amparo vivía en un chalet de mil novecientos, en la calle de Cavite. Era gruesa, pequeña de estatura, vestía trajes de llamativos colores y se engalanaba con muchas joyas. Un día se presentó en la parroquia para regalar la imagen de la Virgen de los Desamparados; y al buen cura le llamaron la atención en el Palacio Arzobispal por haber admitido la Virgen de tal persona, pero él ni caso que hizo. Doña Amparo quiso conocer su propio futuro en el lenguaje misterioso de la baraja y le anunció: "Don Vicente, me quedan dos años de vida".
Su muerte coincidió con la fecha prevista, circunstancia que impresionó a los buenos vecinos. Lloraron algunas mujeres; la cubrieron con claveles; y su hijo la maquilló como si en lugar de ser enterrada fuera a salir a escena, con su bata de colorines, sus brillantes y sus topacios.

La capilla se llenó de gente y don Vicente rezó el responso. Dios, sin duda, la acogió en el otro mundo, donde nadie se preocupa de las cartas, o sólo sirven para que los ángeles, cuando se cansan de tocar violines y trompetas, jueguen una partida a la brisca.»


María Ángeles Arazo. Las Provincias

domingo, 5 de noviembre de 2017

El Cristo del Salvador

El Cristo del Salvador

«Cargados de tradición e historia, la devoción popular festeja el 9 de noviembre a dos Cristos marineros con la misma advocación, la de Cristo del Salvador, uno muy histórico, el otro consecuencia e hijuela del primero.


Santo Tomás de Villanueva y el Cristo del Salvador

http://www.fiestasancristobal.es/

La devoción de los pescadores del Cabanyal por el Cristo del Salvador se remonta a la Edad Media, cuando en el año 1250 la imagen románica, que hoy se venera en la iglesia del mismo nombre en Valencia, apareció flotando en las aguas del Turia a contracorriente y fue rescatada y situada en la Real Iglesia del Salvador de Valencia, donde se conserva en la actualidad.



http://www.jdiezarnal.com/

El Cristo del Salvador, en la iglesia del mismo nombre, junto al antiguo puerto romano de Valencia en el viejo cauce, remonta sus orígenes al 9 de noviembre de 1250, cuando apareció la imagen flotando contra corriente en las aguas del Turia en una de sus características riadas. Cuenta la piadosa leyenda que la imagen procedía de la Beirut cristiana, en el Líbano, que fue lanzada al mar cuando los musulmanes la conquistaron y destrozaron todo vestigio cristiano, cruzó el Mediterráneo, llegó al golfo de Valencia y se introdujo ella sola por el río.



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Tiene este Cristo Real y Pontificia Archicofradía desde 1616. La imagen ha sido siempre sacada en rogativas, junto con la Virgen de los Desamparados, en tiempos de catástrofes, calamidades, sequías y epidemias, aunque desde 1949 no ha vuelto a salir. Por ello, en no pocas ocasiones y en solemnes ocasiones, cuando la Peregrina sale de su Basílica - antes lo hacía la talla histórica - pasa por la iglesia del Salvador y hace estación en ella para visitarle.



http://comunidadvalencianamemoriayarte.blogspot.com.es/


Es a este Cristo de la calle Trinitarios al que los pescadores del Cabanyal veneraban con gran devoción. El día de su fiesta se desplazaban hasta la ciudad a honrarle y pedirle protección. Lo proclamaron patrón del Cabanyal. Pidieron permiso los cabañaleros en 1815 para tener un facsímil del Cristo en su territorio, pues Valencia les quedaba lejos, y se les concedió. Comenzó a ser venerado en un domicilio particular, hasta que en 1850 pasó al actual templo, la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, donde tiene capilla propia. En 1842, con ocasión de una epidemia, sacaron su imagen en procesión por todo el pueblo y se sintieron aliviados.


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La Hermandad del Cristo del Salvador fue fundada en 1851 con motivo de la devoción que los pescadores del Cabanyal tenían al Cristo del Salvador de la iglesia del Salvador de Valencia, una imagen de tres metros encontrada el 9 de noviembre de 1250 en el cauce del río Turia.

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Esta devoción les empujó a pedir en 1815 el traslado de la imagen de la iglesia del Salvador al Cabanyal y, al no ser concedido, solicitaron poder realizar una réplica de esta imagen para venerarla en el barrio.





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Medalla del año 1940. Cortesía de Coulos

Desde 1850 se veneró la nueva imagen en la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles hasta que fue destruida durante la Guerra Civil. Después, el artista José Estellés esculpió en 1940 una nueva talla del Cristo del Salvador, que fue remodelada por Carmelo Vicent dos años después y que es la imagen titular de la hermandad.


El Cristo esculpido por Jose Estellés Achotegui en 1940

http://www.estellesachotegui.com/

Es el más popular de todos los Cristos de la Semana Santa Marinera y en el amanecer del Viernes Santo es llevado al mar, donde se reza por los marineros que murieron faenando en el mar.»

Levante EMV / Las Provincias / ABC

miércoles, 1 de noviembre de 2017

El luto

«El luto, como expresión formal de afrontar la muerte, no ha respondido siempre a los mismos patrones estéticos. El color negro, referente en las culturas occidentales, se impone al menos desde los tiempos de la República romana, una costumbre que perdura hoy pese a haber sido extinta durante muchos siglos.


El Cabañal. 1952

Robert Frank

Equívocamente, se ha escrito mucho sobre las costumbres del luto en la antigua Roma y su relación con el color blanco. No fue hasta el siglo II cuando un decreto imperial estableció el blanco como color oficial del luto. Hasta entonces, el negro era el color que predominaba en la despedida a los difuntos, ya que era el color de la conocida como toga pulla.


El Cabañal

Archivo de Rafael Solaz

La posterior adopción del blanco da lugar a textos contradictorios al respecto, pero el color negro era el de carácter oficial. Así, los magistrados llevaban la praetexta pulla, mientras las mujeres debían renunciar a cualquier ornamento y vestían un vestido negro, la lugubria.


Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia

Cortesía de José Navarro Escrich

No obstante, el color rojo también tenía presencia en los rituales romanos. Era habitual el sacrificio de animales para honrrar al difunto. Pero al ser ciertamente costoso para muchas familias, se empezó a vestir al muerto con ropas de color rojo. La tradición del color rojo viene de los tiempos del antiguo Egipto, donde se revestían de rojo los sarcófagos y la ropa del difunto. La tierra de color ocre también se utilizaba para maquillar a los cadaveres e incluso a los que participaban en el luto.


La Albufera

Cortesía de José Navarro Escrich

El uso del color blanco, que se extendió a partir del siglo II, y fue el color habitual del luto en la Europa medieval. Este color es hoy día el color del luto en gran parte de países asiáticos y en muchos territorios del islam.


Cortesía de José Navarro Escrich

Existen dos acontecimientos que marcan el retorno al negro como color oficial del luto. En España, la muerte del príncipe Juan en 1497 llevó a la aprobación por parte de los Reyes Católicos de la«Pragmática de Luto y Cera», un conjunto de leyes en la que se recoge específicamente que el color negro debe ser el de la indumentaria.


Labradora valenciana

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Esta legislación también prohibía la manifestación desproporcionada del dolor, por lo que también se prohibieron las plañideras, mujeres contratadas para ir a llorar a los funerales, una tradición que se remontaba al antiguo Egipto.


Mercado Central

Cortesía de José Navarro Escrich

La Pragmática iba mucho más allá y establecía normas muy estrictas. Obligaba por ejemplo a las viudas a permanecer el primer año tras el fallecimiento encerrada en una habitación tapizada de negro en la que no podía entrar la luz. En el año 1729, Felipe V vino a limitar parte de estas normas. Rebajó a seis los meses de encierro de la viuda y restringió el uso del negro al interior de las viviendas. El otro acontecimiento que precipitó la vuelta al negro fue el funeral de Carlos VIII, en el que su esposa, Ana de Bretaña, se vistió completamente de negro.


Cortesía de José Navarro Escrich


Hombre con brazalete de luto

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Todos aquellos usos y costumbres que emanaban de la Pragmática de los Reyes Católicos se relajaron considerablemente a partir del Siglo XX. El color negro dejó de ser exclusivo de los ámbitos de luto y se extendió a diversos usos. También han dejado de ser una práctica oficiosa el tener que mantener el color negro durante un tiempo determinado.

No obstante, el color negro o los tonos oscuros sigue siendo la pauta general en los actos de condolencia por el fallecimiento.»

ABC. V.R.A. 25 de marzo de 2014